En los últimos días hemos conocido una serie de casos de gente que no supo utilizar correctamente la información que colocaba en una red social. Las consecuencias pueden ser muy diversas. Supongo que usted está al menos en una red social. En el caso costarricense la más popular es Facebook, con ya casi 300.000 ticos inscritos, y es precisamente en ella donde se dieron la mayor cantidad de casos que recopila en siguiente artículo del diario El Universal de México, miembro del Grupo GDA, al cual pertenece La Nación, y el cual transcribimos a continuación:
Dependiendo del uso que se les dé, las redes sociales mejoran la comunicación entre las personas, pero también pueden dejar tragos muy amargos al grado de sentir náuseas al escuchar nombres como Facebook oTwitter.
Son varios los personajes en el mundo que se han hecho noticia en estos medios debido a que la popular red social destrozó sus vidas, y si no, al menos se las ha hecho más difícil.
A continuación hacemos un recuento de los estragos que puede causar la red social cuando se les da un mal uso:
Los “colados” a la Casa Blanca.
Los contactos en Facebook de Michaele Salahi, quien junto a su esposo Tareq se “colaron” a una cena de Estado que ofreció hace unos días el presidente estadounidense Barack Obama en la Casa Blanca, han atizado a la pareja sobre el asunto.
Su estrategia parece ser la fama, pues cuenta ya con miles de amigos en la red social, aunque la mayoría de ellos lanzan insultos por el atrevimiento de postear las fotos del evento en Facebook.
“Estos dos son los más idiotas que he visto en mi vida” “A esta estúpida la atraparon” son sólo algunos de los más de 1.200 comentarios que los Salahi tienen en su álbum, según información de la página de Internet del NY Daily News.
Tras el escándalo se ha especulado que la pareja no será recibida de la misma manera en las altas esferas sociales que frecuentaban.
Todos contra los pelirrojos.
Tras un llamado en Facebook denomimado “National Kick a Ginger Day” (Día Nacional para Patear un Pelirrojo) varios menores de centros educativos en Los Ángeles, California, Estados Unidos, fueron víctimas de violencia por parte de sus compañeros.
Cuatro chicas y tres chicos recibieron agresiones físicas y verbales debido al color rojizo de su pelo, sus pecas y su piel blanquecina.
La idea de esta campaña de intolerancia surgió en 2008 después de que un chico de 14 años se inspirara en un capítulo de la serie de animación satírica South Park en el que se calificaba a los pelirrojos de “malvados” y “desalmados”.
El autor del grupo en Facebook decidió convertir el 20 de noviembre en el día contra los pelirrojos.
Desembolso millonario.
El pasado mes de octubre, Sanford Wallace, conocido como el “rey del spam” fue condenado por un tribunal californiano, en Estados Unidos, a pagar $711 millones a Facebook en un caso de utilización ilegal con ánimo de lucro de las cuentas de usuarios de esa red social.
En su veredicto, el tribunal respondió a la denuncia de Facebook, que acusaba a este “pirata informático” de enviar mensajes masivos indeseados a los usuarios con el fin de obtener sus datos de acceso a la cuenta o redirigirlos a páginas web que pagaban a Wallace por cada visita.
La compañía contabilizó más de 14 millones de violaciones de la ley federal contra el correo no deseado o correo basura, llamada Can-Spam, y pidió más de $7.000 millones en daños por las acciones de Wallace en un caso presentado en febrero de este año.
En 2008, Wallace había sido condenado a pagar $230 millones a la red social MySpace por la distribución de spam.
Mala forma de enterarse.
Enterarse de la muerte de un ser querido siempre es difícil y generalmente se busca el momento más adecuado para informar sobre la pérdida.
Pero en el caso de Brenda Lin, una australiana de 15 años, saber de la muerte de toda su familia a través de la red social fue todo un shock.
Un amigo fue quien posteó en su muro sobre el asesinato de su familia.
Y es que Min y Yun Li Lin, y sus hijos Henry, de 12 años, y Terry, de 9, así como la tía de Brenda, Yun Bin Yin, fueron asesinados mientras dormían en la residencia de la familia, en Sydney, Australia, el pasado 18 de julio.
Cuando esto ocurrió, Brenda se encontraba en un viaje escolar en Nueva Caledonia, en ese país, del cual regresaría el 20 de julio, pero, tras el incidente, todo el grupo volvió a Sydney un día antes.
Trabajo aburrido.
Las recomendaciones dicen que se debe tener cuidado sobre la información que se coloca en las redes sociales. Esto no lo consideró la inglesa Kimberly Swann, quien se sentía sumamente aburrida con las tareas sin importancia que le daban en su trabajo en Clacton, Inglaterra.
Pero a diferencia de la mayoría que podría confiar su sentir a familiares o amigos, ella decidió dejar que el mundo entero lo supiera y comenzó a postear las desventuradas horas que pasaba en su empresa en Facebook.
Kimberly nunca pensó que comentarios tales como: “qué día más aburrido en el trabajo” y “no tengo nada que hacer aquí” la atormentarían tres semanas más tarde cuando su jefe los descubrió mientras navegaba en esa red social.
Cuando le llegó la hora, al fin pudo poner fin a su aburrimiento, pero no porque le asignaran tareas más interesantes sino porque fue llamada a la oficina de Stephen Ivell, su jefe, para decirle que no requerían más de sus servicios pues sabían lo aburrido que le parecía el trabajo.
Ruptura en el ciberespacio.
A pesar de que los divorcios se ven como algo normal en estos días, la noticia casi siempre sorprende a la pareja, sin embargo, para una mujer inglesa la impresión fue extrema cuando supo que su esposo quería terminar con su matrimonio, pero a través de Facebook.
Ema Brady, de 35 años, asegura que supo que su esposo planeaba divorciarse de ella cuando leyó en su perfil en esta red social el estatus: “Neil Brady ha terminado su matrimonio con Emma Brady”.
La mujer señaló que cuando se enteró de la noticia sintió entrar en un shock, a pesar de que la relación ya había tenido sus altibajos.
Los detalles de la ruptura se supieron luego de que Neil fuera sentenciado por un juez por agredir a su esposa en su hogar de Accrington, en el condado de Lancashire.